Los componentes del Seprona, en una inspección de los lindazos/ribazos, de la zona descrita, en especial de la vegetación, detectaron las artes de caza prohibidas, la cuales se hallaban instaladas en el interior de arbustos, conocidos como cornicabras (Pistacia-terebinthus), concretamente, sobre los tallos de la vegetación y camufladas en su interior.
Establecido el oportuno dispositivo de apostadero en dicho punto, se sorprendió al inculpado, revisando dichos medios de captura, portando un bote de cristal, conteniendo en su interior los cebos “hormigas de alas o alúas”, empleados en tales artes, 1 mirlo común (Turdus merula) y 2 currucas capirotadas (Sylvia atricapilla).
Acto seguido, por la fuerza actuante, en unión del inculpado, se procedio a retirar el resto de trampas, hallándose otras ocho costillas, contiguas a las localizadas, resultando un total de trece trampas, las cuales tenían capturadas 4 Currucas capirotadas (Sylvia atricapilla), 1 Carricero común (Acrocephalus scirpaceus) y 1 Mirlo común (Turdus merula).
Las aves intervenidas, han sido entregadas en la Delegación Territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía en Jaén, para alimentación de las especies silvestres albergadas en el Centro de Recuperación de Especies Amenazadas “CREA QUIEBRAJANO” de Jaén.