Margherita Bergamini, una autoridad científica en centros de producción de cerámica del mundo itálico, considera indispensable que el Ayuntamiento tenga la colaboración de la Junta de Andalucía para que “toda esta riqueza que hay bajo tierra pueda ser sacada fuera e investigada, para ser utilizada como una fuente de riqueza del territorio, que potencie el turismo y permita a Andújar reapropiarse de su propia cultura e historia”. Bergamini ha calificado el yacimiento como “un gran as en la manga, un importante patrimonio para el futuro de la ciudad” y por ello, “este no es un pequeño proyecto que el Ayuntamiento pueda llevar a cabo solo, debe suponer un discurso nacional y regional, contar con la colaboración de todas las administraciones que operan en el territorio”. La arqueóloga italiana ha subrayado que “la cultura está por encima de la política”.
La experta ha venido acompañada por la catedrática de Arqueología de la Universidad de Granada, Isabel Fernández, responsable de las investigaciones que se han llevado a cabo hasta ahora sobre los Villares, en un yacimiento situado en otro punto de la pedanía en el que se hallaron importantes vestigios de un centro productor de cerámica (sigillata) en los años 90. Según ha explicado Isabel Fernández, el yacimiento de Scoppieto es similar al de Andújar, con la única diferencia de que en el conjunto italiano se ha podido poner en valor el yacimiento porque ha habido una apuesta, un acuerdo y un espíritu de colaboración entre las diferentes entidades locales y regionales.
Desde hace años Fernández y Bergamini colaboran en sus investigaciones y comparten con mucha ilusión sus resultados, ya que los hallazgos arqueológicos en ambos yacimientos, junto a los de la Graufesenque en Francia, constituyen los tres puntos de referencia sobre la producción de sigillata del mediterráneo occidental.
La arqueóloga italiana ha explicado ante los medios de comunicación la similitud entre las ciudades de Scoppeitto y Los Villares, ya que la ciudad italiana estaba a 70 kilómetros de Roma y utilizaba el río Tevere para transportar a la capital del imperio cerámica fina, además de otros enseres y materiales nobles. En los Villares la situación es idéntica, con el Río Guadalquivir, utilizado para servir a toda la provincia de Hispania y a otros puntos próximos del imperio.
Cuando sea posible investigar en los nuevos vestigios hallados de la ciudad de Isturgi, según ha detallado Fernández, se podrá saber si la urbe era consumidora de esa cerámica fina que se producía en otro punto de los Villares o si por el contrario todos los productos salían de Andújar para ser comercializados en otras ciudades de Hispania y del resto del imperio.