Ruiz ha destacado que ninguno de los dos planes integrales de juventud de la Junta de Andalucía (desarrollados durante los periodos 2005-2008 y 2011-2014) han sido muy efectivos para combatir los importantes problemas a los que se enfrenta actualmente la juventud andaluza, tales como el 41% de tasa de desempleo de jóvenes menores de 25 años; la baja tasa de emancipación residencial de los andaluces de entre 16 a 29 años, inferior al 17%; la elevada tasa de abandono escolar del 23,5%, 5,2 puntos superior a la nacional; o el incremento de las infecciones de transmisión sexual y de ludopatía juvenil.
Para hacer frente a esta realidad y a los intensos cambios sociales que ha experimentado la juventud en los últimos años, especialmente por la globalización y la irrupción de las nuevas tecnologías, el nuevo plan debe ser un documento de planificación vivo, dinámico y abierto a posibles modificaciones, para que pueda adaptarse a las diferentes realidades que se vayan presentado en el panorama juvenil andaluz durante la vigencia temporal del documento.
Además, dicho plan debe ser transversal, extendiendo su radio de acción a través de los diferentes departamentos de la Junta de Andalucía que desarrollen acciones orientadas a la juventud. Asimismo, se pretende que se amplíen las líneas de acción que recogía el III Plan, cuya elaboración acordó el Gobierno anterior (emancipación, formación y estilo de vida), y se agrupen en área de acción de ámbitos como: empleo, vivienda, salud, cultura, deporte, participación, convivencia, inclusión social, igualdad de género, redes sociales y formación, entre otros.
El documento es una demanda de este colectivo de población que también apuesta por impulsar una Ley de Juventud más ambiciosa e innovadora que la que estuvo tramitándose en la anterior Legislatura en el Parlamento. Por ello, el Gobierno tiene la intención de actualizar este proyecto normativo, abriendo un proceso participativo y tomando como referencia otras normas del territorio nacional más vanguardistas.