Datos que el subdelegado ha ofrecido hoy en la inauguración de la Jornada sobre ‘Delitos de Odio y Discriminación’ que ha acogido la Subdelegación, organizada por la División de Formación y Perfeccionamiento del Cuerpo Nacional de Policía de Jaén y en la que han participado cerca de un centenar de miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como de diferentes policías locales de la provincia, del Centro Penitenciario de Jaén y de colectivos y asociaciones como Aprompsi, Federación Arco Iris, Secretariado de Mujeres Gitanas y Jaén Acoge.
Una jornada de trabajo para analizar un tipo delictivo que “nos preocupa, y mucho” puesto que, ha explicado Lillo, se basa en prejuicios hacia las personas, por ejemplo, por su discapacidad, por su raza, origen étnico o país de procedencia, religión o creencias, orientación o identidad sexual, situación de exclusión social o por cualquier otra circunstancia o condición.
“Cualquiera podemos ser víctima, no porque ser diferente sea el problema sino porque el problema es ser tratado como diferente”, recuerda el subdelegado. Así en 2014, de los siete delitos registrados en Jaén, uno fue por aporofobia (odio al pobre), uno contra creencias o prácticas religiosas, uno contra personas con discapacidad y cuatro por motivos de racismo o xenofobia. En total hubo en 2014 cuatro víctimas y tres detenidos por este tipo de delitos. Se trata del menor índice, igualado con la provincia de Almería, de todo el territorio andaluz en ese año donde se registró un total de 297 delitos, 274 víctimas y 119 detenidos.
El pasado miércoles, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, adelantaba el dato consolidado del informe de evolución que se elabora en estos días y que indica que en España en 2015 se registraron 1.324 delitos, con un incremento del 13% con respecto a 2014.
Aumento que no significa un mayor número de casos sino que en este 2015 se han introducido dos nuevos ámbitos como la discriminación por razón de género, originado en la reforma del Código Penal, que incluye toda conducta que entrañe injusta discriminación, trato vejatorio u otro hecho de relevancia penal sobre las víctimas pertenecientes a un determinado género, con base en una motivación de desigualdad, y la ideología, entendida como las ideas fundamentales compartidas por un sector de la sociedad en materia política, cultura, deporte, moral, etc.
Para el mantenimiento de estas cifras en la provincia, Lillo ha puesto en valor la aprobación en 2014 del Protocolo de Actuación para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para los Delitos de Odio, con el que se han adoptado diferentes reformas legislativas en 2015 como, por ejemplo, la reforma del Código Penal, que ha mejorado la tipificación de las conductas que no estaban contempladas hasta el momento; la Ley del Estatuto de la víctima del delito, que pone en marcha mecanismos que mejoran la atención, información y asistencia a las víctimas; la modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que ha creado la figura del agente encubierto informático, o el Protocolo adicional al Convenio Internacional sobre la Ciberdelincuencia.
Algunas de estas medidas se han analizado hoy en la jornada celebrada en la Subdelegación y en la que se ha hablado sobre los estereotipos que dan pie a la intolerancia. Además, sobre los perfiles del autor de este tipo de delitos, los protocolos de actuación policial y un elemento fundamental para esa actuación: la mediación. Con la participación especial de los colectivos y asociaciones que “aportan su visión real para detectar y luchar contra la intolerancia”.
En todas estas acciones, ha concluido el subdelegado, “hacemos un llamamiento a la ciudadanía para que nadie que sufra estos delitos se quede callado”, con la idea de que todas las víctimas denuncien sus casos y las FCSE puedan combatirlos.