Lopera celebró con religiosidad y fervor cofrade el Día de Jesús. Tras la celebración de la santa misa, partió la procesión de Jesús Nazareno desde la parroquia hasta su ermita, recorriendo a su paso las principales calles de Lopera.
La lluvia deslució en parte la procesión, ya que a mitad de su recorrido la imagen fue despojada de su túnica para protegerla de la lluvia. La imagen, obra del imaginero, Gabriel Borras, destruía a su paso las cadenetas de papel y las alfombras de serrín que los vecinos habían preparado para la ocasión. A la llegada de la imagen a su ermita se quemó una bonita colección de fuegos artificiales que puso colofón a la fiesta.